El café se ha convertido en un producto fundamental en nuestro día a día. Los consumidores cada vez nos preocupamos más por sus características esenciales: el origen, cómo ha sido cultivado, el tipo de tueste y el método de elaboración final. Consumir café de especialidad significa, no solo conocer estos detalles que nos ayudan a apreciar los matices y aromas, también consumir un producto mucho más responsable a nivel social y medioambiental.
La procedencia del café y sus distintas especies
Los granos de café son las semillas que se extraen del interior del fruto del arbusto del cafeto. Estos arbustos, que solamente crecen en las regiones tropicales, pertenecen al género Coffea, del que existen más de cien especies. De todas ellas, para la preparación de la bebida, se cultivan principalmente dos: Coffea arabica y Coffea canephora o robusta.
Esta primera clasificación nos diferencia un café más amargo y fuerte, rico en cafeína, mayormente usado para la fabricación de café soluble o instantáneo, el Coffea robusta. En cambio, el Coffea arabica, es más fino y aromático, proviene de un cultivo más delicado que solo crece en tierras altas de montaña, a una altitud mínima de 600msnm. Por tanto, primer concepto a tener en cuenta, el café de especialidad va a ser siempre de la especie Coffea arabica, aunque no todo el Coffea arabica puede ser café de especialidad.
¿Qué café se considera café de especialidad o specialty coffee?
A continuación, dejamos esta clasificación general y entramos en las características propias del café de especialidad. Una vez cultivado y secado, el grano de café verde debe ser seleccionado hasta un grado ‘libre de defectos’. De este proceso se encargan, en nuestro caso, los agricultores de las pequeñas fincas de café de especialidad. Esta cuidadosa selección permite desechar los granos dañados y conseguir lotes con granos de café de tamaño y color uniforme, de aspecto brillante y con un aroma fresco. Estas cualidades son muy importantes porque van a definir los matices y fragancias de nuestra taza de café.
Los cafés de especialidad deben presentar un nivel de calidad en taza de más de 80 puntos, según las formulaciones elaboradas por el Coffee Quality Institute sobre la calidad del café con sus programas de Q Grading.
Finalmente, no se puede considerar café de especialidad si no se especifica el país de orígen, el nombre del productor y la finca de donde proviene. Estos datos nos permiten conocer la trazabilidad del café y saber exactamente a quién beneficiamos con la compra de este producto.